La noche del 19 de mayo se preveía como una gran noche en el Palacio de Deportes de Madrid. Esa noche, Melendi daría el primero de sus dos conciertos en la capital con su gira “Quítate las Gafas”.
Equipado con uno de los escenarios más espectaculares que se le haya visto al artista ovetense a lo largo de su carrera, estaba dispuesto a ofrecer un concierto inolvidable para todos sus guerreros. El público estaba expectante y nervioso, y mientras ellos coreaban el nombre de su artista favorito, las luces del Wizink Center se apagaban para dar paso a uno de los conciertos más emocionantes que una servidora ha vivido en ese recinto.
Las gafas que presiden el decorado del escenario comenzaron a enfocar al público para luego apagarse y dar paso a Melendi y su “Hijos del mal”, con el que dio comienzo la noche. A esta le siguieron grandes éxitos de su nuevo trabajo, como “Los ángeles existen”, “Flores de agua y plomo”, o “Destino o casualidad”.
No faltaron grandes clásicos del asturiano como “Un Violinista en tu tejado”, “Caminando por la vida”, “Con la luna llena” o “Piratas del Bar Caribe”. Está claro que Melendi conoce a sus seguidores como a la palma de su mano, y les ha ofrecido un espectáculo lleno de emociones en el que ha sabido entremezclar a la perfección sus temas más antiguos con los más actuales sin que estos desentonen entre sí, estando siempre acompañado por esos coros que le ofrecían sus entregados fans, que en ocasiones, incluso, eclipsaban a la voz del propio artista.
A la noche no le faltó de nada, desde momentos de desmelene hasta los momentos más tiernos, pero sin duda, el momento que se llevó la palma fue cuando el ovetense cantó “Cenizas en la eternidad”, canción que dedicó a sus fans en su anterior disco “Un alumno más”, con la que el Palacio de Deportes se iluminó con las luces de los teléfonos de los espectadores, creando una hermandad fuerte y pura entre ellos y el cantante, de ese tipo de uniones con sus fans de las que pocos artistas pueden presumir, que emocionaba a todos los presentes.
No cabe duda que Melendi sabe cómo ofrecer un espectáculo vibrante que no deja a nadie con mal sabor de boca, y así se lo han hecho saber sus guerreros con los continuos aplausos que le regalaban. Durante algo más de dos horas, Madrid se puso en manos del asturiano, y disfrutó como si fuese un niño pequeño con un caramelo de uno de los conciertos más memorables en lo que va de año.
Terminaba la noche con “Yo me veo contigo”, y con unas palabras que nos llegaban a todos al alma: “Hagamos que no todas las lágrimas sean de tristeza, que no todas las opiniones tengan el mismo crédito, que no todas las miradas sean desconfiadas, que no todos los sueños sean durmiendo, que absolutamente todas las guerras sean en la cama, y que no todas las despedidas sean amargas, Madrid". Tras estas frases del artista, se puso fin a una noche 10 en la que sus fans no se fueron del recinto sin antes volver a corear ese “Melendi, Melendi”, con el que también había comenzado la noche, que se traducía en un “gracias” por hacernos vivir a todos los presentes una noche más que mágica, de otro planeta.
Publicado el 24 de mayo de 2017